top of page

El diálogo entre dos generaciones

Lola, Fina y ocho voluntarios de más de 65 años están reunidos con María Gimeno, técnico del departamento de Personas Mayores de en la Oficina del Mayor de Mislata. Evalúan “Contamos Juntos”, el voluntariado intergeneracional que realizan en los ocho centros de primaria y el instituto del municipio.

María les felicita e insiste en que tengan paciencia con algunos profesores, que les cuesta entender que gente del barrio pueda contribuir a la educación de los hijos, por encima de ser una pura animación.

Parten de la premisa de que juntar a dos generaciones en un mismo espacio no asegura que vayan a interactuar entre sí.

La Oficina durante las jornadas del mayor de 2013, con más de 100 talleres formativos y de ocio y actividades orientadas a los mayores /EL PERIÒDIC..

En la Nau Gran, pese a que los seniors asisten a clases con universitarios, no se sienten muy integrados. Amparo Pérez, la directora del Servei d’Extensió Universitària de la UV, lo reconoce: “Qué desperdicio… Si hubiese voluntad de integrar a los mayores en la dinámica de las clases podrían motivarles, porque verían cómo contribuyen a su sociedad, y podrían dar energía a los desidiosos estudiantes”.

En Mislata es distinto. Si algunos niños se encuentran por la calle con los mayores voluntarios, agarran a su madre del brazo y le susurran al oído: “Esos son los iaios que cuentan cuentos”, explica Mari Carmen, otra de las voluntarias. También les enseñan juegos, canciones de su niñez y, sobre todo, valores.

Fina sabe que lo que más puede aportar es paciencia. Una paciencia que, según el sociólogo Alfageme, no le interesa a la sociedad de consumo: “La gente más mayor no te va a decir hipotécate, cambia de coche, de novia, de ropa… Usa y tira. Gasta rápido. Si no espérate”. Lo que no favorece a este modus vivendi no encuentra muchos partidarios.

© 2016. Blanca Aparisi Galán

  • Facebook B&W
  • Twitter B&W
  • White YouTube Icon
bottom of page